Dia 3 Vaya, vaya con la muralla


Lo importante de los planes, es que se pueden deshacer en un momento, y en ese arte, somos las reinas, después de marear a los pekineses de la plaza y hacerles buscar en Internet, el tiempo para el día siguiente y decidir, que hoy, no se iba a la muralla, que no hacia sol, ecolo qua que, al final se arregló, a precio regateado en el hotelito con encanto, un trip a la gran muralla.

La china del hotelito con encanto era más mala que un pecado, y más chanchullera imposible. ( Nota: si dices muralla china, Chinese Wall, lías al personal, la china se pierde bastante, y hasta que no logra que tu rectifiques, y que digas, que quieres ir al ... Great Wall, no continua con la explicación, como si no fuese de allí la muralla!. Estábamos un poco confusas y por si acaso y por miedo a la traducción no pedimos ni tinta china, ni pirotecnia china, ni caja china…venia a ser un poco, como la tortilla francesa, que no existe en Francia.)

La Great muralla con cámara nueva es lo tope de lo tope, solete, sube escaleras, y más escaleras, y el ánimo hay que subirlo agarrándose de los pantalones de los chinos fuertes, que suben sin soltar la mínima gota de sudor.

Otra cosa graciosa de la muralla, son los chinos que tratan de venderte cosas , al principio los abuelotes ofrecían agua fresca, contando que en el tenderete tienen cosas mas valiosas, me sorprendía un poco , mas tarde tras las subiditas de escaleras y más, y mas escaleras, puede entender porque ofrecían agua fresca y el tonillo con el que lo decían.

Podemos constatar, que se hacen bien a las bromas, aunque te agarres a las piernas de un chino, o le hagas un salto a lo ling-chung, con una coleta a lo mogola, ellos se ríen, la agente 66 se divertía asuntando chinos, que esperaban pacientemente a que llegasen turistas cansados de tanto escalón, como mucho te enseñan lo que estaban comiendo, te abrían la boca y veías una pasta blanca que estaban mascando, yo juraría que era arroz, la verdad es que con tanto arroz difícilmente se pueden cagar de miedo.


La muralla como dice mi madre apasionante, las torres a cada cual mas chula, las montañas, el viento, los árboles, el otoño que se acerca ..Inolvidable.


La ida y la vuelta, flipante. Dos asientos en una furgoneta, especialmente diseñados para desnucarte en caso de accidente, nos fueron adjudicados. Al poco de salir y empezar a disfrutar de ver sauces nuestro compañero empezó a sudar de una manera espantosa, su novia un poco molesta le indicaba al chino que buscara un toilet en el camino, Tras un breve, break o pausa, para que el alemán que llevábamos al lado diera rienda suelta a sus intestinos, continuamos el viaje.


Es de destacar la conducta de los amigos conductores en este país. La gente conduce a golpe de claxon. Cuando giras a la derecha y no puedes girar: …Tocas el claxon, cuando quieres adelantar y no ves si viene otro por delante...tocas el claxon, cuando todo kiski anda por la carretera, en medio de la nada… tocas el claxon, que la moto no se aparta...tocas el claxon; como conclusión: si no conduces, cuando oigas a alguien que toca el claxon, reza todo lo que te sepas, y si no quieres sufrir, cierra los ojos.


La ultima impresión de hoy, ha sido el tren con encanto , como todo aquí, en el cual me voy a pasar la noche, todavía no me explico como todos los chinos que habían haciendo la cola han tenido cabida en el tren. Aquí las colas, mas que colas, yo los llamaría tapones (siempre con un cuello de botella que son los militares). En la ciudad prohibida sufrimos el primer tapón... son bastantes curiosos, la mayoría de chinos los acepta con resignación. Si les dejas una posibilidad, la aprovechan y se te intentan colar como pueden haciendo valer cualquier recurso, como el carné de la biblioteca o similar y hasta algún que otro abuelote lo consigue.