Dia 0: el submundo


"Por favor, no escupir" se implora... pero no se consigue.


Los primeros síntomas de inferioridad numérica los empecé a sentir cuando me di cuenta que era la única en la fila del embarque, que no tenía el pelo como recién planchado. En el avión yo era también la única que no comprendía los gritos que todos promulgaban, yo también era la única que no llevaba, el que mas tarde, se convertiría en "complemento estrella indiscutible de cualquier chino que se precie" el famoso (de todos colores y tamaños): Termos con te, y también la única que no escupió en las doce horas que estuve en aquel submundo.



El primer acierto fue traerme el antifaz, el segundo usarlo, y lo que mas me sorprendió fue la frialdad de las azafatas, repartiendo ese arroz con cacahuetes, frente a lo que podríamos calificar como excesiva toma de confianza de mi compañera de fila.

El avión andaba repleto de chinos, mi compañera de fila, a la vez que una servidora, vimos que había un asiento libre que nos separaba físicamente pero que al mismo tiempo nos unía en un ferviente deseo de ocuparlo,hubo un acuerdo mutuo no verbal y empezamos repartiendonos el botín, yo me quede con el almohadón y ella con la manta del que había perdido el avión.


En el negror de mi antifaz y cuando mis piernas empezaron a cansarse de mantener la misma posición e inconscientemente empezaron a buscar la horizontalidad, tímidamente puse mis piernas en el asiento contiguo, tapándolas con mi manta, la china se dio cuenta de mi maniobra y me dio unos toques en la pierna, yo me quite el antifaz y balbucee algo en francés, pero la china no hablaba nada conocido, antes de que me diese cuenta, me agarro las piernas se las puso en su regazo, tiro de mi para que cupiese en los tres asientos, y se puso a darme masajes en los pies.
No es que estuviera mal, pero digo yo que mi cultura no me deja dormir relajada cuando una china que no conoces de nada te masajea los pies así que me reí, le di así como las gracias y a los cinco segundos volví a mi posición original en un solo asiento.Es lo que tienen las culturas.
Detalle del termos chino :

Dia 4: Pin-yao. Cabellera llena de polvo y humo.







Gracias al santísimo que las vacaciones chinas y sus días nacionales se habían justo acabado el mismo día que yo aterricé, para el caso era lo mismo, (nota: hay que leer mas el lonely planet, te explica claramente que hay que comprar con varios días de antelación los billetes de tren).Ante nuestra insistencia la china de la estación llamó a alguien desde su teléfono, ultima generación, garabateo algo y nos enseño un papel escrito en ingles, que decía: que NO hay billetes!

La llegada a Ping-yao fue bastante cañera, eran las 7 de la mañana y estos chinos ya estaban escupiendo como si fuera el mediodía, tras el cuarto control de billetes y de quedarnos con cara de perro pekinés cuando nos dijeron que no había billetes para Xian en el tren que habíamos previsto, tuvimos un momento de bajón total y decidimos tener un momento de recogimiento en la enserrinada estación de tren, para tratar de decidir que hacer ante la adversidad, una chinurri bastante avispada se hizo nuestra amiga y nos saco de nuestra confusión.

Acabamos en una casa, típica china (con encanto), que tenia una habitación china (con el techo pintado y mas encanto) y un tatami ( con unos edredones de cuadros y flores chulisimos) , con una mesita con un juego de te chino (de porcelana ) con un gran ventanal que daba a un patio interior con mas encanto si cabe , y todo ello por un regateado precio, (el precio estaba tan regateado que dentro del acuerdo estaba el de mantenerlo en secreto y no comentarlo con el resto de huéspedes que ocupaban las otras habitaciones) y por supuesto incluían unas chanclasque te podías poner si te quitabas los zapatos.


Un tucutuco mas regateado todavía si cabe, nos recogió en la estación y nos llevo en un estado de semicongelación por las polvorientas calles de Ping-yao( el relente de la mañana caía con toda su fuerza y los ropajes de invierno o de mañana fría , FRIA estaban al fondo de la maleta, en principio al pasar un matorral seco rodando por la calle, la agente 66 y yo comentamos que era un poco una película del lejano oeste.

La ciudad se revelo como una encantadora ciudad rodeada por unas murallas milenarias y unas casas que nos hacían creer que estábamos dentro de un cuento ..chino.

Dia 3: El trenecito con encanto

Gente esperando el tren

A modo de resumen, el tren con encanto, no esta nada mal; tienes a uno fumando a altas horas de la madrugada, justito debajo de ti, el humo subía en columna desde el sitio donde estaba sentado el chino hasta mi nariz, a pesar de las toses fingidas y del puff repetido que tanto éxito tiene aquí en Bélgica, el chino para nada se percató que me molestaba y si se percató tampoco hizo nada para remediarlo.

A su favor, diré que son amables, las maletas te las suben y te las bajan cuantas veces quieras del portamaletas, si decides que quieres cambiar de sito todas las maletas ajenas y ponerte la tuya a tu lado, aunque hayas llegado la ultima, nadie dice ni mu!! Y encima se ríen.

Otro factor importante a su favor, o al nuestro según se mire, es que los pies no les huelen (los zapatos gozan de una independencia que en España, o al menos según mi hermano, rozaría la demencia, …lo primero que uno hace cuando sube al tren es quitarse los zapatos y cuando tienes que andar , para ir a por agua para los noodels, o al baño, (nota: para fumar no hace falta salir del vagón,) o a pasear, es ponerse unas chanclas, complemento indispensable en todo bolso de mano que se precie, vamos que aquí, creo que queda claro , la demencia es llevar todo el santo día los zapatos puestos.)

Y lo mejor de todo es el servicio de despertador: los miles y miles de revisores que hay en el tren , llevan un control minucioso o comunista, según se quiera, de los pasajeros que hay en el tren, tras hacer la cola en el ya mencionado tapón del 15, se pasa por un ligero control donde te pican el billete, luego le enseñas el billete a otro revisor que te da una tarjeta de plástico, que en un primer momento el agente 66 y yo no teníamos ni idea para que servia, pero que a las 7 de la mañana comprendimos la utilidad, otro revisor se encarga de darte tu antiguo billete y que tu, le entiendas o no, y con una amabilidad que yo calificaría de marxista-leninista, le devuelvas la de plástico. El no encontrarla produce a los chinos una hilaridad sorprendente y cuando por fin la encuentras y se la das, literalmente te echan del tren, bueno es saber que aquí son bienvenidos los que como yo tenemos el sueño fácil.

La agente 66 dice que solo ha dado dos cabezadas, pero yo la he visto roncar toda la noche, mientras que yo, menos mal que tengo el sueño fácil, porque he estado escalando y desencalando el tercer piso sin chanclas, he estado probando dormir hasta con el antifaz, pero el sueño se me ha resistido, y el fresquito del aire acondicionado creo que se me ha metido al cuerpo en forma de virus.

A la salida del tren, hay otro revisor que te vuelve a mirar el ticket y te deja salir del recinto, como para colarse!!!


Gente haciendo la cola en la estacion del tren de Pekin

Dia 3 Vaya, vaya con la muralla


Lo importante de los planes, es que se pueden deshacer en un momento, y en ese arte, somos las reinas, después de marear a los pekineses de la plaza y hacerles buscar en Internet, el tiempo para el día siguiente y decidir, que hoy, no se iba a la muralla, que no hacia sol, ecolo qua que, al final se arregló, a precio regateado en el hotelito con encanto, un trip a la gran muralla.

La china del hotelito con encanto era más mala que un pecado, y más chanchullera imposible. ( Nota: si dices muralla china, Chinese Wall, lías al personal, la china se pierde bastante, y hasta que no logra que tu rectifiques, y que digas, que quieres ir al ... Great Wall, no continua con la explicación, como si no fuese de allí la muralla!. Estábamos un poco confusas y por si acaso y por miedo a la traducción no pedimos ni tinta china, ni pirotecnia china, ni caja china…venia a ser un poco, como la tortilla francesa, que no existe en Francia.)

La Great muralla con cámara nueva es lo tope de lo tope, solete, sube escaleras, y más escaleras, y el ánimo hay que subirlo agarrándose de los pantalones de los chinos fuertes, que suben sin soltar la mínima gota de sudor.

Otra cosa graciosa de la muralla, son los chinos que tratan de venderte cosas , al principio los abuelotes ofrecían agua fresca, contando que en el tenderete tienen cosas mas valiosas, me sorprendía un poco , mas tarde tras las subiditas de escaleras y más, y mas escaleras, puede entender porque ofrecían agua fresca y el tonillo con el que lo decían.

Podemos constatar, que se hacen bien a las bromas, aunque te agarres a las piernas de un chino, o le hagas un salto a lo ling-chung, con una coleta a lo mogola, ellos se ríen, la agente 66 se divertía asuntando chinos, que esperaban pacientemente a que llegasen turistas cansados de tanto escalón, como mucho te enseñan lo que estaban comiendo, te abrían la boca y veías una pasta blanca que estaban mascando, yo juraría que era arroz, la verdad es que con tanto arroz difícilmente se pueden cagar de miedo.


La muralla como dice mi madre apasionante, las torres a cada cual mas chula, las montañas, el viento, los árboles, el otoño que se acerca ..Inolvidable.


La ida y la vuelta, flipante. Dos asientos en una furgoneta, especialmente diseñados para desnucarte en caso de accidente, nos fueron adjudicados. Al poco de salir y empezar a disfrutar de ver sauces nuestro compañero empezó a sudar de una manera espantosa, su novia un poco molesta le indicaba al chino que buscara un toilet en el camino, Tras un breve, break o pausa, para que el alemán que llevábamos al lado diera rienda suelta a sus intestinos, continuamos el viaje.


Es de destacar la conducta de los amigos conductores en este país. La gente conduce a golpe de claxon. Cuando giras a la derecha y no puedes girar: …Tocas el claxon, cuando quieres adelantar y no ves si viene otro por delante...tocas el claxon, cuando todo kiski anda por la carretera, en medio de la nada… tocas el claxon, que la moto no se aparta...tocas el claxon; como conclusión: si no conduces, cuando oigas a alguien que toca el claxon, reza todo lo que te sepas, y si no quieres sufrir, cierra los ojos.


La ultima impresión de hoy, ha sido el tren con encanto , como todo aquí, en el cual me voy a pasar la noche, todavía no me explico como todos los chinos que habían haciendo la cola han tenido cabida en el tren. Aquí las colas, mas que colas, yo los llamaría tapones (siempre con un cuello de botella que son los militares). En la ciudad prohibida sufrimos el primer tapón... son bastantes curiosos, la mayoría de chinos los acepta con resignación. Si les dejas una posibilidad, la aprovechan y se te intentan colar como pueden haciendo valer cualquier recurso, como el carné de la biblioteca o similar y hasta algún que otro abuelote lo consigue.

Dia 2 : Sin paron

Me estaba sonando el timbre de la puerta del hotel y yo contesté a mi móvil , al teléfono y le di al interruptor de la luz , hasta que oí una voz que me despertó del todo , la agente 66 me estaba diciendo Ni-hao, la contraseña correcta, al otro lado de la puerta , unos besicos , un cuéntame tu que tal en el avión y sin darnos cuenta ya estábamos en nuestro barrio con encanto, dejando flipando a los chinos con nuestros ojos redondos.

Por lo visto aunque siempre me quedara la duda si es que no lo decían por pena , cuanto mas grandes tienes los ojos , mas guapa eres , y la verdad que te paren por la calle y te digan lo de you are beatifull pronunciado a lo chino , es decir cada silaba por separado, por ahora no molesta.

La agente 66 ya se ha retratado varias veces en compañia de chinos, la verdad es que da la risa ver la emoción con que parece que se van, el único chino que hemos visto con la cara llena de granos , esta noche igual no duerme de pensar que tiene una foto con una española con ojos y cara redonda... después de la foto, dato curioso, todos preguntan que de donde eres y se van corriendo al grupo de chinos al que pertenecían a celebrar el triunfo y decir de donde somos.

El truco para comprar es negociar hasta que el otro se enfade, y entonces compras , el truco lo aprendimos después de regatear unos juegos esos de inteligencia , el que los vendía carecía de ella puesto que se imagino que los íbamos a comprar , regateamos y ofrecimos hasta un yuan , luego nos fuimos y decidimos que no los queríamos , el chino un poco corto pero nada perezoso corrió detrás de nosotras que ya nos escapábamos, el chino nos dijo que aceptaba nuestra oferta que le diésemos un yuan, la agente 66 le dijo que se lo había pensado mejor y que ya no los quería , el chino bastante cabreado le dijo algo inteligible que curiosamente se parecía tremendamente a fuck off .

A partir de aqui, ya no tuvimos parón, una vez aprendido lo básico nos lanzamos al juego del regateo y por las pintas de los vendedores, creo que no se nos daba demasiado mal, todos absolutamente todos cabreaos y nosotras todo el día entregadas en cuerpo y alma al shoping acabamos con cámara digital, (justo la que no quería..pero baratísima) con un traje para bailar flamenco encargado a medida, otra cámara para la agente 66, tarjeta de memorias ...

Gracias a Dios, a Buda o al partido comunista que la comida es baratísima, esos ravioles de Pekín estarían en nuestra memoria todo el viaje, ese pepino a la vinagreta nos hizo relamernos en mas de una ocasión y los últimos yuanes del día se fueron en el restaurante con el mantel con mas lámparas que la sección lampadaire del ikea, por supuesto en nuestro barrio con encanto al que ya habíamos bautizado y en el cual nos sentíamos como en casa.

Al pasar por el peluquero y vimos que por casi nada te hacían la manicura, nos entro de nuevo la fiebre pero ya no nos quedaba dinero y había que esperar hasta la apertura de los bancos ... empezábamos a dar miedo.


Dia 1 : LLuvia ,verdades y cintas de DVD



Puerta de la ciudad prohibida con la foto de Mao


La llegada a Pekín fue impresionante, inmersa en una bruma de cinco y pico de la mañana, medio zombi y en un taxi legal tapizado con tela blanca de algodón .


En el aeropuerto, evité a todos los que me proponían un taxi ilegal para llegar hasta la capital y me dirigí hacia el primer taxi que vi, con el lonely planet en el mano. Apuntando con mi índice, el lugar donde había decidido pernoctar, le dije en ingles al taxista que me llevase hasta allí.
Hablar ingles o hablar valenciano de la huerta, mas o menos, conlleva los mismos resultados:Nadie te entiende, a todos los taxistas les daba la risa verme en aquella situación y entre todos comentaban donde yo quería ir , al final unas palabritas que yo no entendí, y el chino me asintió, dándome a entender que entre todos habían adivinado adonde quería ir ...


La foto del Mao me dejo en un estado de shock, el taxista después de mi primer encontronazo con todos los taxistas del aeropuerto no había vuelto a hablar y me asusto, cuando me señalo a mi derecha y apunto hacia el Mao, gritandome.Tian'anmen!, me di la vuelta y vi la foto y la entrada de la ciudad prohibida y justo en frente, estaba la famosa plaza, que dio la vuelta al mundo, en la foto del estudiante que detenía los tanques en el 89.


La capital prometía, los inmensos rascacielos y las banderas rojas ondeando por toda la ciudad contrastaban con la primera vuelta a la esquina, para llegar a mi hotelito con encanto, treinta o cuarenta años de diferencia, se terciaban entre las grandes avenidas de 16 carriles y la calle miserable, repleta de chinos y de montoncitos de basura, bien repartidos, y ese olor a china que todavía no me he quitado y que no se de donde viene.


Detalle 1 de la Calle con encanto


En el hotel se estaba muy bien ,estaba todo limpio pero yo no podía esperar ni un momento mas tenia ganas de ver la ciudad prohibida y ver la foto del Mao desde abajo, eran las 7 de la mañana pero yo estaba dispuesta a aprovechar el día, así que salí en busca de la gran avenida que me llevaba a la plaza de Tian'anmen y no se si era yo , o el resto de los chinos que pululaban por allí que me sentía totalmente observada , las bicis y los motocarros ni siquiera me esquivaban y vi como en la calle se freía unas rollos que luego se enroscaban y me los encontré luego en todos sitios.





Detalle 2 de la calle con encanto

Cuando llegue a Quiannamen me sorprendió los pedazos de palacios que hay al fondo de la plaza y los colores de los tejados me hicieron mirar hacia arriba y vi la que me estaba cayendo , por un momento pensé que estaba en Bélgica y en vez de estar en Pekín estaba en la Grand Place , al fin y al cabo era la misma cantidad de agua ( una barbaridad) no me dio tiempo ni a pensar en el Maneken pis ........cuando de todos los confines acudíeron chinos a velocidad de rayo para venderme paraguas , impermeables y cualquier utensilio para guarecerme de la lluvia.


Yo que soy una mujer prevenida y sabiendo que ese día se preveía chaparrón, ya llevaba mi chubasquero, así que resultó un continuo negar con la cabeza , que no Chino , que NO que no quiero tu paraguas ...alguno me señalaba los pies como diciendo que me iba a mojar los pies y la verdad es que tubo mas razón que un santo , porque los charcos que se formaban eran de los de nadar ...




Para cruzar la calle había unos pasos subterráneos donde todos se guarecían de la lluvia , me sorprendió la cantidad de mendigos, sucios , y tirados en el suelo , yo sola me imaginé que serían gente que venia del campo ,que se habían ayudado con esos bastones y ahora se tiraban al suelo en plan de despertar la compasión de los demás , la mía fue totalmente despierta , pero no hice nada.

La visita a la ciudad prohibida era la prioridad y cuando paro un poco salí de los árboles donde había visto caer la tromba y pase por debajo de la foto del Mao y me introduje en la ciudad prohibida, la entrada es impresionante, la película del ultimo emperador ya me había alertado de lo que me esperaba pero el tamaño me dejo boquiabierta, los puentes de mármol y el color granate de los muros me fliparon.
El shopping área totalmente a la europea se daba cita a cuatro calles a la derecha, las mismas tiendas y centros de 9 plantas también cabían en Pekín, verdades como puños, como la gente tirada en los túneles subterráneos , lluvia a cantaros que me mojaba y las cintas de DVD en la maleta, me vengo a China con nada mas ni menos que el dvd de Sonrisas y Lagrimas , el día de la partida intente despertar a mi vecina para que me cuidase el pez , pero o había nadie así que decidí darle mucho de comer y dejarlo en mi casa y apresurarme a devolver la película en la biblioteca ..pero bueno ya sabemos que cuando algo puede salir mal siempre sale mal...Maldita ley de Murphy.


Tentenpies chinos, una estrella de mar , un caballito de mar o un alacran.